lunes, 29 de abril de 2013

Desperdiciando todo lo logrado.

Creo que estoy perdiendo el control. Y a mí me encanta tener mi propio control.
Es como si mi mente se estuviera revolucionando de mi cuerpo y estoy perdiendo todo lo que conseguí. Mi seguridad, mi independencia, mi respeto... todo lo valioso para mí.
Y no quiero, ¿para qué negarlo? Si me siento mal cada vez que me miro en el espejo... solamente quiero verme bien. Usar la ropa que siempre me gustó. Me da igual si eso no es lo que quieren los chicos, si ellos simplemente quieren unas hermosas curvas. Claro, pero después andan usando como insulto "gorda" aunque no lo sea.
Pero me da lo mismo. Yo no lo hago por ellos, lo hago por mi persona. Yo no tengo por qué impresionar a alguien para atraerle.
¿De que sirven 5 kg? ¡Necesito 10 kg! Eso es lo que quiero.
Mi cordura se perdió y estoy echando todo a la basura. Ese pequeño número está desapareciendo y estoy comenzando otra vez. Estoy a punto de terminar el juego simplemente por deseos, por aburrimiento. Después de todo, ¿qué es comer? Ya me cansa. Si como, simplemente es por deseo y es eso lo que tengo que controlar. Simplemente comer cuando tengo hambre y si tengo hambre comer sano.
Dos meses están lejos, tan lejos que se extravían en un montón de neblinas tenebrosas y miedos recurrentes.
El deseo es dependencia. No me gusta depender de nadie. Me gusta estar así. Me gusta ser así.
Sencillamente estoy buscando aceptación de mi parte. Para verme bien y actuar de mejor manera. Remediar de una u otra manera los errores que cometí.
Por que voy por los 47 y nada me detendrá. Simplemente 5 más.

domingo, 28 de abril de 2013

Cansancio.

¿Has sentido ese mal? Ese mal que va más allá de todo y de la nada.
En dónde tenés un nudo en la garganta y en la mente que no te impide pensar... No te deja sonreír.
Insuficiencia. Siempre podrás ser mejor de lo que eres ahora, sin embargo yo no puedo cambiar. No dejo de ser egoísta, masoquista y desagradecida.
Confusión de la mayoría de las cosas. El por qué de tu existencia, la de los demás. La de esa persona en concreto.
Desesperación. Vacío... pero ese vacío pasiblemente extraño en el cual, uno se termina acostumbrando. Pero simplemente, después llega el momento en donde el propio hueco en el pecho empieza a doler. Y arder... Como cuando agarras una hoja y quemas sus esquinas y lados. Quema el contorno y nunca llega al medio.
Quiero irme. Dejar la escuela, después de todo la odio. Odio levantarme temprano después de dormirme tarde, odio crear una máscara superficial de mí, que no engaña a nadie. En el pasado me mentía a mi misma, ahora poco a poco el efecto va desapareciendo. Se esfuma como la niebla. Poco a poco mi vista vuelve a la normalidad como despertarse después de un sueño. Odio tener que estudiar cosas que no me interesan en lo absoluto. Odio tener que ver la cara de la "gente adulta". Odio tener que soportar la hipocresía de mis compañeros.
Aunque reflexionandolo bien, yo también lo soy. Quizás sea la más hipócrita del curso.
Quiero desaparecer. Puedo imaginarme... tomando lo que más necesito: unos libros, un reproductor de música y yo misma. Esa "yo" que no conozco por completo y nunca llegaré a conocer.
No quiero preocuparme por el mañana.
Ni por el pasado que me seguirá en cada paso que dé, sencillamente puedo decir que ahora estoy estancada. Que a mi pasado no lo tengo detrás, lo tengo en la espalda. Pegada, mis pies pegados al suelo y mi cabeza gacha.
No quiero preocuparme por el futuro. No quiero afrontar nada de lo que se viene.
No quiero escuchar los comentarios que no me interesan o son estúpidos... tampoco los que tienen sentido.
Quiero no escuchar nada, simplemente el de la brisa y las hojas bailando con el viento.
Quiero sentir el sol. Ese sol que es débil, ese en donde su luz es débilmente hermosa. En donde cada rayo se entremezcla con mi piel, con mi maquillaje y mis poros. En donde me dé calidez, ya que siempre estoy fría.

Lo irónico es que pensar en lo que me haría bien me carcome...
Me consume.

lunes, 8 de abril de 2013

Me siento idiota.
Me siento basura.
Me siento como si nada hubiera tenido sentido. Ni lo que siento. Esto es una estupidez, una locura tan detestable, una pesadilla.
¿Qué hago cuando me doy cuenta de que ni siquiera puedo empezar a luchar? ¿Cuándo quiero ganar algo que estuvo perdido hace más meses de los contados? ¿Desaparezco? ¿O empiezo a pelear por una batalla finalizada? No tiene razón. No quiero perder tiempo, por que duele. Es difícil, es tan complicado que me duele el estómago en sólo imaginarlo.
Karma.
Es Karma ¿no es así? Me descuidé por un segundo y ya me derribaron. Los problemas que ocasioné están siendo pagados. Tantos meses evitando al maldito Karma pero a la larga fue más desolador, mucho más complejo de llevar. 
Me lo merezco. Lo admito, es más, me merezco mucho más. Quiero sufrir más para deshacerme de esto, no quiero llevar más la culpa en la espalda, no quiero tener más mierda en la cabeza, no quiero volver a sentir nada. Ni culpa, ni pena, ni amor, ni cariño, ni nada.
Quiero acabar con todo. Conmigo.


domingo, 7 de abril de 2013

Tum, tum, tum.
Algo asombroso.
Pensé que lo había perdido. O por lo menos, que nunca había existido. Creí que simplemente era un órgano. Uno que era tan importante para la vida. La vida real. Un órgano que palpita y bombea sangre, nada más.
Bueno, sigo creyendo lo mismo. Aunque ahora lo siento diferente.
Siento esa confusión en la mente.
Ese palpito irrevocable cada vez que veo algo nuevo.
Siento las manos sudadas y las piernas temblorosas.
Y el miedo.
Demasiado miedo. Porque es irreal.
Ese sentimiento es irreal. Yo soy irreal. Él también.
Es imposible. No miento, digo la verdad. Por qué lo único que tengo en claro ahora es que volví a ser la niña estúpida que ama de la nada y quiere del todo  ¿Obsesión tal vez? Simplemente estoy rogando de que sea eso. No me siento preparada, no lo estoy. No quiero pasar por todo esto otra vez... en vano.
Porque alternativas no tengo, las esperanzas desaparecieron y las ganas se fueron.
Prefiero el silencio. Y este silencio no se va a notar. Nadie lo va a hacer, porque como ya dije, nunca va a suceder. Prefiero que se pase solo, porque sé que lo hará. Con él tiempo, y no será mucho lo aseguro.
¿O lucho?
No lo sé. Es muy difícil.  Es tan complicado que duele en solo pensarlo. Se ve tan lejano.... creí que nada era tan imposible en esta vida pero parece que me he equivocado. Veo que por desgracia, está ahí; dispuesta a crear un herida y echarle sal en cada oportunidad que tenga. Veo que estará preparada para darme un codazo en el estómago en cada ocasión que suceda. 

Yo no quería esto.

No quería nada de esto.

No quiero decir esto, tampoco sentirlo.

Un galán no demostrando ser galán, con una hilera de chicas bellas atrás. Con ortografía espléndida y perfecta, con confianza en sí mismo y cerrándole la boca a los idiotas. Alguien inalcanzable.
Haciendo feliz a los demás, ¿o a las demás? Es lo mismo, igualmente me da alegría a mí también.
Supongo que no puedo evitar reír o sonreír al ver uno de sus estados, uno de sus "Me gusta" en mis comentarios.
Soy a la vez invisible. Alguien pasajero que no llega a incluirse en su vida, ¿después de todo alguien se ha incluido en ella? Creo que ya tiene lo que necesita.
Mis palabras ignoradas, mi persona desconocida e ignota.
No lo sé, estoy divagando. Me gustan los retos y este es uno sin duda, sin embargo ya me rendí y todavía no luché, porque es tan imposible a simple vista, es tan improbable a penas se siente.
Él, una persona herida pero fuerte. Demostrando ser alguien, alguien diferente. Haciendo valorar sus ideas, sus opiniones sin el importar el qué y el porqué. Sarcástico e infantil. Dulce aunque intente ocultarlo; con genio y seriedad en cada una de sus palabras, en cada fragmento de cada oración. Odiando que le digan que es perfecto, porque según él, la perfección no existe. Entonces, el no debe existir.
Un sueño.
Un pensamiento.
En ambos casos, dolorosos.





viernes, 5 de abril de 2013

Ni hago lo que siento, ni siento lo que digo.

Algo difícil de sobrellevar. Simplemente algo complicado que no cualquiera puede hacer.
¿Qué más necesitas además de mucha valentía, silencio y mentiras?
Tener la conciencia sucia y que no duela admitirlo.
Siento ser así, pero es como me construí, porque es más que la pura verdad cuando digo que todo lo que soy ahora lo formé con pequeños trozos rotos de lo que era antes.
No quiero dar lástima ni mucho menos, es simplemente la verdad al confesar algo que me cuesta admitir. ¿Pero que más puedo hacer? ¿Qué se supone que tengo que hacer además de darme cuenta de que la situación se volvió mucho más fuerte que yo? Por que sí algo sé de mí, es que siempre fui débil.
Tan débil que me hace acostumbrarme a las cosas. A mis propias cosas.
Encerrada en un cuadrado impidiendo demostrar sentimientos, callando palabras y no demostrando lamentos. Protegida por un plástico irrompible, un vidrio indestructible fingiendo ser frágil. Escondida a través de un ser inexistente mucho más fuerte que ella, más dura y más escandalosa a su manera. Es una esclava.
Yo soy mi propia esclava. La que se deja pisotear por una versión más fría y superficial de mí. Es esa chica que lo único que sabe hacer es meter la pata, exponerse ante la vergüenza por ser ella, la que lleva el ridículo en las venas.
La idiota cursi que nadie conoce. Ni ella misma.


Volver.

¿Cómo que no sabes que se siente no escribir por un tiempo?
Es como si te faltara un pedazo. Como si estuvieras conformado de un rompecabezas pero las piezas que te identifican se pierden.
No sé, no sé que me pasó, simplemente me marché. Siempre lo repito: dejé que mis principios se convirtieran en opciones y olvidé mis opciones centrándome en mis nuevos principios.
Pero volví, volví para escribirme a mí misma, porque mentiría si dijera que esto lo va a leer todo el mundo. Volví para mí, porque lo necesitaba. Necesitaba descargarme, sólo que no encontraba las palabras necesarias para hacerlo. Tampoco el valor.



¡Hola!

Gracias por visitarme, una visita es como un pequeño lugar más en mi corazón
Sí, mi corazón es un lugar muy espacioso aunque lo niegue.