La persona que tanto quise se fue.
Desapareció con las palabras y con el tiempo se esfumó. Ya no estuvo más para mi y todo lo que había prometido se había ido con él.
Caminaba sin volver la vista atrás. Dispuesto a olvidar, dispuesto a no volver al pasado.
Ese no era ni un "hasta luego" ni un "nos vemos". Era un adiós.
Un adiós dispuesto a perderse en el olvido.
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